Berna es, según me cuentan quienes llevan en Suiza muchos años, la ciudad más amable y bonita del país. Realmente en los días que he estado aquí he podido admirar la elegancia de su casco histórico, el ritmo tranquilo de sus calles, el verde de su entorno y la belleza de su río. Más que en la capital del país, Berna nos hace sentir que paseamos por una plácida ciudad en la cual el tiempo no fluye con la aceleración de las grandes ciudades.
En este idílico entorno he tenido la suerte de participar en las IV Jornadas de formación para profesorado de ALCE (aulas de lengua y cultura española) en Suiza y Austria y os puedo asegurar que han sido para mí unas jornadas excepcionales: en...
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