El recepcionista sordo
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Objetivos
Trabajar el estilo indirecto.
Desarrollo
1. Antes de comenzar la actividad, el profesor muestra un ejemplo para asegurarse de que los alumnos comprenden la dinámica. En primer lugar, presenta la situación: “Te alojas en un hotel y el recepcionista que trabaja allí en este momento no oye bien, así que tienes que dibujar o hacer mímica para que te entienda”. El profesor dibuja en la pizarra, por ejemplo, una taza de café y una puerta con un número y hace mímica para indicar que quiere el café en la habitación y pregunta a los alumnos: “¿qué creéis que significa esto, qué quiero decir?”
Cuando los alumnos respondan que el dibujo significa que queremos un café en nuestra habitación, les animamos a decirlo utilizando la estructura: “Quiere que…”, y hablar de usted porque estamos en una situación formal. De esta manera, deberán decir algo como: “usted quiere que le lleve un café a la habitación 596”, “usted quiere que le sirva un café en la habitación 596”.
En este punto, el profesor sabrá si es necesario revisar con los estudiantes las reglas que rigen la transmisión de mensajes, preguntas, peticiones y órdenes o si es un contenido ya bastante conocido por ellos y pueden realizar la actividad sin problemas.
2. Los alumnos, en parejas, reciben un juego de tarjetas con mensajes. Deben colocarlas boca abajo entre los dos.
3. Por turno, un alumno toma una tarjeta y debe tratar de que su compañero entienda lo que le está pidiendo pero sin hablar, utilizando recursos de comunicación no verbal como la mímica, el dibujo, etc. El compañero usará las estructuras “Usted quiere que / Usted me ha dicho que / Usted me ha pedido que / Usted pregunta (si, cuándo, dónde)…”
No deberán preocuparse si no se dice la frase exactamente como en la tarjeta, el objetivo de la actividad es que logren transmitir la información principal. El profesor irá controlando que los alumnos son capaces de realizar la actividad y prestando ayuda si la necesita, también tomando nota de los posibles errores y dificultades.
4. Si se considera oportuno, se puede pedir a los estudiantes que vayan tomando nota de las frases para hacer una corrección más precisa cuando terminen la actividad. De este modo nos aseguramos de que todos recuerdan las reglas del estilo indirecto y saben realizar los cambios necesarios cuando transmitimos mensajes.
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